Escribo para salvarme a mí mismo.

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Distrito Federal, Mexico
Toma mucha desesperación, insatisfacción y desilusión escribir unos pocos buenos poemas. No es para todo mundo, tampoco el escribirlos o incluso leerlos

29 de noviembre de 2008

El amenazado.

Es el amor. Tendré que cultarme o huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes,
los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.
José Luis Borges.

25 de noviembre de 2008

El mejor poema de amor que puedo escribir por el momento.

Escucha, le dije
¿por qué no me metes
la lengua en el culo?

No, dijo ella.

Bueno, le dije
¿si te meto la lengua primero?
¿Lo harías luego?

Bueno, dijo ella.

Metí mi cabeza por ahí abajo
Busqué un poco
Separé una parte
Mi lengua avanzó

no ahí, dijo ella
ahhahahaha
no ahí
ese no es el lugar

ustedes mujeres
tienen más agujeros
que queso suizo
No quieres que te lo haga
¿por qué?

Bueno,
yo tendría que hacértelo luego
y en la próxima fiesta
le contarías a la gente
que te lamí el culo

supón que te prometo
no contarlo

Te emborracharás
Y lo contarás

o.k. dije
date vuelta
te la meto
en el otro lado

ella se dio vuelta
y metí mi lengua

estábamos enamorados

estábamos enamorados
con excepción
de lo que decía en las reuniones:
no estamos enamorados
estúpidos

ella quiere que le escriba
un poema de amor
pero yo pienso que si la gente
no puede amar
sus estupideces
sus pedos
sus mierdas
sus partes horribles
tal y como aman
las partes buenas
no es completo el amor
así que en cuanto al amor se refiere
en cuanto a lo dicho hasta aquí
tendrá que bastar con este poema.
Charles Bukowski.

14 de noviembre de 2008

Dedicación.

Aunque nunca mi cariño tenga el prenio de tus besos.
Aunque nunca mis palabras repercutan en tu pecho.
Lloro lo mismo sin palabras, en secreto,
porque así quieren los que sufren,
los que sufren en silencio.

Porque te llevo en mi vida,
porque pareces un sueño,
porque la dulzura de tus ojos me acompaña aún sin verlos
y la ternura de tus manos en las mías aún mantengo.

Y cuando la soledad me acompaña y de ella nada obtengo,
ese viajero incansable que se llama pensamiento
te persigue a todas partes para cubrirte de besos,
con toda el alma, sin palabras, y en silencio.
Anónimo.

5 de julio de 2008

El fin de un breve romance.

Esta vez
lo intenté de pie.
Normalmente no funciona,
pero ahora parecía que sí…

Ella no dejaba de decir
«¡Oh, Dios, tienes unas
piernas maravillosas!».

Todo estaba bien
hasta que levantó los pies
del suelo
y atenazó mi cintura
con sus piernas.

«¡Oh, Dios, tienes unas
piernas maravillosas!».

Pesaba como 70 kilos
y se colgó de mí
mientras yo hacía mi labor.

Fue cuando acabé
que sentí un dolor
subiendo por la espalda.

La empujé al sofá
y caminé por la habitación.
El dolor seguía.

«Mira», le dije,
«mejor vete,
tengo que revelar algunas fotos
en el cuarto oscuro».

Se vistió y se fue.
Yo fui a la cocina
por un vaso de agua,
tomé el vaso lleno
con la mano izquierda.
El dolor se extendió
detrás de mis orejas
y se me cayó el vaso
que se hizo pedazos
en el piso.

Me metí a la tina llena
de agua caliente y sales.
Comenzaba a relajarme
cuando sonó el teléfono.
Traté de levantarme
y el dolor invadió
mi cuello y brazos.

Me agarré de unos tubos
y salí
con la cabeza llena
de manchas luminosas
verdes, amarillas y rojas.

El teléfono seguía sonado.
Descolgué.
«¿Bueno?»

«TE AMO», dijo ella

«Gracias», le dije

«¿Es todo lo que tienes que decir?»

«Si».

«Come mierda», dijo
y colgó.

El amor se acaba, pensé,
mientras regresaba al baño,
más rápido incluso
que el esperma.

Charles Bukowski.

Esta noche.

«Tus poemas sobre tus mujeres perdurarán
50 años después de que ellas se hayan ido»,
me dijo mi editor por teléfono.

Querido editor:
parece que las chicas
ya se han ido.

«Sé cómo te sientes».

Dame una mujer de verdad
que esta noche cruce la
recámara hacia mí
y te doy todos los poemas
que quieras;

los buenos,
los malos
o cualquiera que escriba
después de éstos.

«Sé cómo te sientes»

¿Sabes cómo me siento?

Charles Bukowski.

Yo.

«Las mujeres no saben amar»,
me dijo.
«¿Tú sabes amar?»
«Pero las mujeres sólo quieren chupar sangre».
«Lo sé, porque soy mujer».

Ja, ja, ja, reí.

«Así que no te preocupes por haber roto
son Susan,
porque ella le chupará la sangre a otro».

Platicamos largo rato,
después me despedí,
colgué,
entré al baño
y expulsé una buena cagada.

Pensé: «Bien,
todavía estoy vivo,
tengo habilidad para expulsar desechos
de mi cuerpo,
y poemas.
Tan pronto como esto pase
tendré capacidad para superar
traiciones,
soledad,
padrastro,
aplausos,
y las noticias económicas
de la sección financiera».

Entonces me levanté,
me limpié,
me enjuagué,
y pensé:
«Es cierto,
sé cómo amar».

Me subí los pantalones y
me fui al cuarto.

Charles Bukowski.

40,000 moscas

Separados por una tormenta pasajera,
nos juntamos nuevamente.

Buscamos cuarteaduras en paredes y techos
y las eternas arañas.

Me pregunto si habrá una mujer más.

Ahora
40, 000 moscas recorren
los brazos de mi alma
cantando:
“I met a million dollar baby
in 5 and 10 cent store”.

¿Brazos de mi alma?
¿Moscas?
¿Cantando?

¿Qué clase de mierda es esta?

Es tan fácil ser poeta
y tan difícil ser hombre.

Charles Bukowski.

Tregua.

Necesito caminar por una banqueta
en alguna parte,
en una sombreada tarde,
hallar una mesa
fuera de un café,
sentarme
ordenar un trago
y quiero aterrizar en esa mesa.

Entonces
quiero ver pasar a una mujer
con un vestido verde.
Quiero ver pasar a un perro,
un perro gordo
con pelambre corto y café
y ojos juguetones.

Quiero morir sentado ahí.
Quiero morir boca arriba,
con mis ojos todavía abiertos.
Quiero un avión
para volar por encima.

Quiero ver pasar una mujer
con un vestido azul, y
entonces quiero
que ese mismo perro,
de pelambre cortaotra vez.
y café
con ojos juguetones,
pase caminando
Eso será suficiente,
después de los otros
y todo lo demás.

Charles Bukowski.

Pájaro azul

Hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir.
Pero soy muy rudo con él,
Le digo: “permanece ahí, no permitiré
que nadie te vea”.

Hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir,
pero yo derramo Whisky sobre él
e inhalo humo de cigarrillo,
y las putas y los cantineros
y los despachadores
nunca saben
que él está ahí.

Hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir,
pero soy muy rudo con él,
le digo: “¿quieres importunarme?
¿quieres fastidiarme el trabajo?
¿quieres acabar con la venta de mis libros
en Europa?".

Hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir,
pero soy muy astuto,
tan sólo le permito salir
algunas veces de noche,
cuando todo el mundo duerme.

Le digo:
“Sé que estás ahí,
así que no estés triste”.

Entonces lo pongo de regreso,
y él canta un poco,
no lo dejo morir,
y dormimos juntos en un pacto secreto.

Y creo que está demasiado bien
hacer a un hombre llorar,
pero yo no lloro,
¿tú lo haces?.

Charles Bukowski

El crujido.

Demasiado, muy poco
muy gordo,
muy delgado
o nadie.
Risa o lágrimas,
rivales o amantes.

Extraños con rostros
como el reverso
de los dedos pulgares.

Ejércitos corriendo
entre calles sangrientas
agitando botellas de vino,
acuchillando y cogiendo con vírgenes.

Un viejo en un cuarto barato
con una fotografía de M. Monroe.

Hay una soledad tan grande en este mundo
que puedes verla en el lento movimiento
de las manecillas del reloj.
La gente está cansada,
mutilada
por el amor o el desamor.

La gente no es buena con la demás,
el uno al otro.

El rico no es bueno con el rico,
el pobre no es bueno con el pobre.
Tenemos miedo.
Nuestro sistema educativo
Nos dice que todos podemos a llegar a ser
Ganadores de culo grande.

No se nos dijo de los atrevidos
o los suicidas
o del terror de una persona adolorida,
en un lugar solitario,
intocable,
indecible.

La gente no es buena con la demás.
La gente no es buena con la demás.
La gente no es buena con la demás.

Y supongo que nunca lo serán,
y no les pido que lo sean.

La cuenta suspenderá,
las nubes nublarán,
el asesino decapitará al niño
como si diera una mordida a un cono de helado.

Demasiado, muy poco,
muy gordo,
muy delgado
o nadie.

Más rivales que amantes.
La gente no es buena con la demás.
Tal vez si lo fueran
nuestras muertes no serían tan malas.
Mientras tanto, miro a las jovencitas
codiciadas, flores de oportunidad.

Debe haber una manera,
seguramente debe haber una manera
en la que todavía no hemos pensado.
¿Quién puso este cerebro en mí?

Él llora,
él pide,
él dice que hay oportunidad.
Ésta no dirá no.

Charles Bukowski.

10 de junio de 2008

Cuando pienso en mi muerte.

Pienso en automóviles estacionados
en un estacionamiento.

Cuando pienso en mi muerte
pienso en sartenes.

Cuando pienso en mi muerte
pienso que alguien te hace el amor
cuando no estoy.

Cuando pienso en mi muerte
tengo problemas para respirar.

Cuando pienso en mi muerte
pienso en toda la gente que espera morir.

Cuando pienso en mi muerte
pienso que no podré tomar agua nunca más.

Cuando pienso en mi muerte
el aire se vuelve completamente blanco

las cucarachas de mi cocina
tiemblan.

Y pienso que alguien tendrá que tirar
mi ropa interior limpia y sucia
muy lejos.

Charles Bukowski.

Gatos.

Es bueno tener un montón de gatos alrededor. Si uno se siente mal, mira a los gatos y se siente mejor, porque ellos saben que las cosas son como son. No hay por qué entusiasmarse y ellos lo saben. Por eso son salvadores. Cuantos más gatos uno tenga, más tiempo vivirá. Si tienes cien gatos, vivirás diez veces más que si tienes diez. Algún día esto será descubierto: la gente tendrá mil gatos y vivirá para siempre. Realmente es ridículo.

Charles Bukowski.

9 de junio de 2008

Mujer.

Esta cabeza adornada con todo
como un guisado,
como la mecánica alegría de engancharnos
labio con labio;
mis manos arden como arias,
pero mejor pienso en libros
de anatomía,
y me pierdo en ti
mientras las naciones arden rabiosas.


Recuperarse del peor de los errores
y renacer,
superar el daño y enmendarse
hasta ser aceptados.

La gloria de una tarde de sábado
como morder un buen durazno
y verte caminar por la habitación
agobiada de todo,
menos de mi amor
.

Charles Bukowski.